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miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mañana es mi cumpleaños

Así es, dentro de menos de dos horas celebraré que llevo un año más viviendo y respirando el mismo aire que ustedes. Y este año hará que mi suma llegue a la mágica edad de 19. 

19 no es un número muy especial que digamos. La mayoría de edad mexicana ya la alcancé, la gringa aun faltan 2 años y la japonesa uno. Pero aun así, tiene su cábala. Es mi último año antes de llegar a los "veintes". 

Obviamente las cosas al llegar a los veintes nunca volverán a ser igual; la gente pensará, cuando les digas tu edad, que eres una persona formada y comprometida con la sociedad, aunque por dentro aun seas un mocoso que ni limpiarse la nariz sabe. 

Los veintes son esa edad donde aun los jóvenes te consideran joven, donde puedes ser parte, estar en onda sin que te vean raro y obviamente no puedes decir cosas raras como : "Estar en onda.

Pero aun no, no para mí. Yo sigo siendo un mozalbete, el cual trabaja y paga sus gastos y gasolina, pero un chamaco al fin. Claro, yo si me se limpiar los mocos.

En estos días he tenido tiempo para reflexionar muchas cosas... y ninguna de ellas fue sobre el año más que cargaría encima, hasta hoy. Y tras incursionar un poco con la idea, me di cuenta que son exactamente estas fechas, donde recuerdas acontecimientos inolvidables, pero poco invocados por la memoria, que ocurrieron en cumpleaños pasados.

Y es que los cumpleaños siempre tienen lo suyo... desde el cumpleaños más divertido, hasta el más aburrido, el que te regalaron lo que querías y el que no te dieron nada. 

Nunca olvidaré sucesos, como el que aconteció en mi cumpleaños 17, durante el cual estuve en la ciudad de Saltillo, Coahuila. La noche para amanecer mi día especial, ibamos llegando al hotel, y mis compañeros de cuarto se disputaban las camas... sin darme muchas más opciones que el suelo... decidí cambiarme de cuarto con compañeros más amigables, pero la opción fue la misma... así que ni hablar, cumplí 17 años tirado en la alfombra de un hotel. Algo que tampoco olvidaré de esta fecha, es que fue la primera vez que alguien me habló a las 12 de la noche para desearme feliz cumpleaños. Isabel fue la que hizo la llamada, aunque hizo trampa, ya que para ella apenas eran las 10 de la noche.

Otro suceso que me viene a la mente fue el año pasado, al cumplir los 18. Siguiendo con la inaugurada tradición, Isabel y yo hablábamos por teléfono para esas horas. Ella me había dado el día anterior mi regalo, envuelto y no me había dejado abrirlo hasta que fuera mi cumpleaños, así que a las puras doce abrí su regalo, el cual incluía la cámara web que estoy usando en este momento, entre otras cosas. 

Y como estos, pudiera recordar otros, pero que flojera escribirlos ahora.

Sólo me queda decir que espero que las personas que son importantes para mí, recuerden que mañana es un día "importante" (para mí, de nuevo). No pido regalos, no pido nada realmente, tan sólo un saludo afectuoso.

Nos estamos viendo. 

domingo, 21 de junio de 2009

Ensenada Episodio II La amenaza monetaria

Como alguno de ustedes saben, este fin de semana realizé un esperado y necesario viaje a el mítico poblado de Ensenada. El motivo de este viaje fue algo de extrema importancia y de gran necesidad, no sólo para mi o unas cuantas personas, sino para el mundo entero.

La razón fue la siguiente:

  • Ir a cuidar a David

Si se preguntan quien es David, bueno, sacó plata en el nacional pasado de matemáticas y es un buen candidato para sacar oro en este año. Por lo que mantenerlo a salvo es prioridad nacional; de hecho, su prioridad va por encima de los programas para la Influenza H1N1, las acciones para aumentar el PIB y la creación de nuevas fuentes de empleo.

Debido a la radicalidad necesaria para esta labor se me dio 3 veces el dinero usual para cuidar a un joven de preparatoria (la cantidad prohibida de 4200 pesos), SUBSECUENTEMENTE los ojos me brillaron al ver los 8 billetes de 500 pesos y el de 200 en mi cartera.

Así que muy temprano, a las 12.30 de la madrugada (digase, las 12.30 del medio día para la gente ignorante) llegó el chofer que nos llevaría a cruzar los desiertos, montañas, valles y lagunas hasta topar con nuestro destino.

La travesía no fue fácil, pero descubrí que tengo la habilidad de hablar de cosas sin importancia real, que parecen importantes, durante más de 3 horas sin parar.

También que cuando uno tiene mucho dinero, tiende a gastarlo en exceso, por cosas que parecen necesarias, que en verdad no los son.

Volviendo al viaje, les cuento que tras poco más de 3 horas llegamos a la UABC, Facultad de Ciencias Marinas y/o Ingeniería y/o Matemáticas. Obviamente el clima que nos recibió fue espeluznantemente delicioso; las cosas parecían deslizarse según mi plan, para que David siguiera con vida.

Así que nos aventuramos a caminar por la calle hasta llegar al salón de asesorías, donde escolté a David y lo dejé en manos de Saracho, (asesor, ex-olímpico y compa). Mi misión había terminado.

Fue entonces cuando me percaté que en realidad había hecho gastar a mi escuela mi transporte y comida, sólo para pasearme, ya que en realidad David se puede cuidar solo. Por lo que tenía el resto del fin de semana, totalemente libre.

Pero no noté una amenaza omnipresente en mi futuro paradisiaco. Para disfrutar en una ciudad extranjera usualmente necesitas dinero, el dinero lo tenía... pero había una condición, que la lider de los rebeldes (O también conocida como la directora de Cetys) me había hecho acatar: Todo dinero gastado, tendrá que ser respaldado por una FACTURA.

Para aquellos no familiarizados con el término, ésta es como un recibo de lo que gastas... pero más enfadoso de conseguir. Usualmente es usado para comprobar gastos e impuestos, pero para nosotros, los olímpicos, es una forma de reprimirnos de manera silenciosa, ya que no puedes llegar con facturas de las siguientes índoles:

  • Alcohol
  • Tarjetas telefónicas
  • Videojuegos
  • Condones
  • Bebidas energetizantes
  • Pastillas anticonceptivas
  • Privados de un Table

Entre otras.

Para la mayoría, esto hubiera sido una pared de altura inconcebible que les hubiera arruinado el fin de semana... pero para mí no. Después de ser participante durante 4 años de olimpiadas de matemáticas... te vuelves un experto para conseguir facturas de gastos que tú no hiciste; pero creanme cuando les digo, que es un arte.

Un arte facturar grandes cantidades en empresas de comidas, las cuales no te dan una factura a menos que seas tu el que hizo el gasto (cosa que obviamente no puedo hacer, porque no tendría dinero "extra").

Claro que las remuneraciones de este oficio son grandes, y dependiendo de tu personalidad, puedes ahorrar lo obtenido (para comprarte algo bueno, digamos una computadora) o gastártelo en el momento en alcohol y salir por el mundo de la paganía.

Esta vez, tocó la segunda opción.

El viernes, aprovechándome del carro de Jorge (Para meterlos en contexto, Jorge fue un ex-participante, así como yo, el cual me da asilo en su casa cuando me voy a Ensenada), nos fuimos a un billar del centro. Fue un día bastante saludable; no alcohol, no drogas, no mujeres... hasta jugué ping pong. Y debido a ésto, cuando Isabel me habló, preguntándome si había ido al table, contestándole yo que no y ella diciendome: NIÑA, sentí que ya sabía exactamente que haría el sabado en la noche.

Y la verdad, es que fue bastante fácil convencer a los asesores mayores de ir al Table. Sólo fue un comentario como: Amm Saracho... ¿Vamos al table en la noche? Nunca he ido.

Así que la noche, fue noche de zorreo extremo. Tan sólo al llegar volteas a la barra y ves mujeres con una cantidad de ropa risible. Luego giras la cabeza a donde ves dos tubos empotrados y observas a otra chica con una cantidad de ropa aun menor... y la tendencia continua mientras avanzas por el pasillo.

Fue una noche bastante diferente; divertida, chistosa, visualmente agradable en la mayoría del tiempo, la verdad no me puedo quejar.

Llegamos al refugio (conocido como "la casa de Jorge") a eso de las 4 de la mañana, para levantarnos a las 9 para ir a "entrenar" (digase, dejar que Saracho les pusiera problemas a los participantes en el pizarrón y eventualmente contestar alguna pregunta).

Mientras haciamos esto, empezé a sacar cuentas de los gastos e ingresos, percatándome de que las cuentas, volvían a quedar justas.

En conclusión, no es tan difícil hacer que la escuela te pague una noche de vicios... (o varias).

Y además... es demasiado gratificante.

En lo personal... les recomiendo participar en las olimpiadas de matemáticas, se los recomiendo ampliamente.

jueves, 4 de junio de 2009

Ensenada

Ayer fui a Ensenada, después de un largo receso en las visitas a esta ciudad. Aun recuerdo las semanas en las que me iba a vivir allá, sin saber donde o con quien me quedaría a dormir. Qué tiempos aquellos. Recuerdo también ese olor salino y el ardor de los ojos al bajar del camión y sentir la densa neblina salada penetrar entre mis parpados; Recuerdo las largas jornadas sentado en un mesabanco con hojas en la paleta, problemas en el pizarrón y soluciones que nunca se escribían. A que recuerdos. 

Pero ahora que ya he cambiado y alterado mi posición jerárquica en eso que llamamos "Olimpiada Mexicana de Matemáticas en Baja California" mi visita no tuvo el mismo sabor de siempre. Eso sin mencionar que el aire no estaba tan salado.

En esta ocasión no fui a ser entrenado o a realizar un examen. Fui a "cuidar" mocositos (Dígase, burlarme de todo lo que hicieron mal a cada oportunidad), calificar sus exámenes (Traducido como: Reirme aun más de la forma terrible de NO resolver un problema simple y su imposiblidad para escribir la palabra "pelotas" correctamente) y al final, ayudar a decidir quien pasaría a la siguiente etapa de este concurso y quien se jode. 

No digo que esta nueva experiencia fuera mala, en realidad, fue grandiosa. El hecho de no tener el stress saliéndose de mis oidos, ni la cabeza llena de datos que no podría materializar ni usar adecuadamente en las 4 horas de duración del examen, fue algo reconfortante. Además de sentir que mis anteriores "superiores" me tenían más consideración a la hora de tomar una desición, fue hermoso. 

Creo que la vida me acaba de mostrar, de nuevo, que los cambios hay que aceptarlos y seguir adelante, lo que pasa y es bueno, pasó y fue bueno... la bondad de lo que viene, la creas tu.

Para cerrar esta entrada daré mis puntos de supervivencia para los viajes a Ensenada:

  1. Si te mareas, no uses dramamine (o como se escriba); esas son mariconadas.
  2. Si en el transporte que vas te piden amablemente que le cambies tu lugar a alguien, demuestra tu superioridad al decir: Alrato que tenga ganas le cambio. Todo esto mientras le giñas el ojo a quien te lo pidió. 
  3. Si tienes dinero para viáticos donado por tu escuela, asegúrate que se use para buenos fines (Como comprar todo lo que se te antoje en el Oxxo)
  4. Si no tienes ganas de dormir (ni dejar dormir a alguien) platica de lo que sea que se te ocurra con esta persona y no dejes silencios o pausas en la conversación de más de 7 segundos.
  5. Si te piden que guardes los exámenes recien contestados de TODOS los estudiantes que presentaron la prueba, junto con las engrapadoras, haslo y devuelve todo cuando llegue el momento (excepto las engrapadoras).
  6. Si compras dos paquetes de burritos en el Oxxo, cuyas intrucciones dicen: Calentar por 1 minuto en horno de microondas, y los quieres calentar al mismo tiempo... no los metas 2 minutos en el horno... Sólo no lo hagas.
  7. Si te gusta el clima de Ensenada, cuando falte 1 hora para llegar a Mexicali, apaga el aire acondicionado y abre las ventanas... para que sientas poco a poco como te pudres de calor.

Con esto doy por terminada mi guía de supervivencia, para cualquier duda o aclaración, pueden mirar hacia el cielo y orar en voz alta. Dicen que Dios te escucha.