domingo, 27 de junio de 2010

Algo que nunca pensé que haría

El día de ayer fue un día de un ánimo muy especial. Mi abuelo cumplió 73 años y fuimos al valle a celebrar su natalicio. Estuvimos desde las 2 de la tarde a las 3 de la mañana en su casa. Fue un día divertido a momentos y tranquilo en otros, con mucha comida y mucho karaoke.

Por la forma de ser de las reuniones familiares en mi familia, tuve mucho tiempo para estar sentado, escuchando música o viendo la tele (o comiendo mientras hacia cualquiera de las dos anteriores) y por lo mismo, tiempo para pensar, aunque no lo usé mucho; preferí convivir con mi familia.

Como dije, se prolongó mucho la fiesta y fui llegando a mi casa casi a las 4 de la mañana, con el estómago lleno y la mente dormida.

Pero bueno... esta entrada se llama "Algo que nunca pensé que haría"... y ya debo de dejar de darle vueltas al asunto y hacerlo.

Durante años, nunca pensé que tendría que contradecir o cambiar algo que dije. Ante la máxima de que "mi opinión es mi opinión, totalmente discutible para los demás, indiscutible para mí" supuse que cada letra escrita y cada palabra hablada, quedaría grabada en roca en mi mente y en el mundo.

Pero ayer... al llegar a mi casa, me di cuenta que no es así.

Digo esto, hablando de mi artículo anterior, una entrada que escribí en un momento donde mi mente estaba llena de emociones turbulentas y nubes de tormenta. Y precisamente estas nubes y esa Voz fueron las que me hicieron creer que el enojo era odio y el rencor algo más allá.

Fui un tonto al creer que en verdad odiaba a mi familia, a las personas a las que les debo todo, sólo por los pequeños momentos en los que me han lastimado.

Fui un tonto al creer que sinceramente odiaba a mi gatita, a esa mujer que tanta felicidad me ha dado, por los momentos difíciles que han pasado.

Perdón... perdón quisiera pedir... pero no me siento con la libertad de hacerlo... me da vergüenza tan siquiera verlos a los ojos.

Pero sobretodo... quiero pedirte perdón a ti. No se si aun leerás esta página... tal vez algún día... cuando lo hagas, tan sólo quiero pedirte disculpas desde lo más profundo y sincero de mí. Fui un imbécil... y lo sigo siendo.

Quisiera borrar esa entrada, pero no puedo hacerlo... no puedo hacer como si mis errores no hubieran existido. Estará ahí para recordarme que, aunque si debo de luchar por lo que creo y exponer mis sentimientos, no debo dejarme llevar por ellos como por un torbellino incontenible. Y también para recordarme lo idiota que soy... y lo mucho que aun te amo, siempre. Y que aunque pensé odiarte... no lo hice... una más de mis estupideces.

Perdóname Isa, si aun puedes hacerlo.

jueves, 24 de junio de 2010

Hate

Tengo tanto odio dentro de mí. He pasado mucho tiempo con este odio terrible. Es mi forma de ser lo que me ha provocado esta condición. El tragarme todo lo que pasa, aceptar lo que se me impone y el pensar que algún día todo se resolverá, que un día "seré lo suficientemente apto" para afrontar esas situaciones que no deseo, que ya llegará el día en que "sea grande".

Y así, tragándome todo, aceptando lo que los demás me dicen, claro que estuve mal, claro que estuve triste. Tanto rencor negado, tanto odio creciendo y burbujeando en un estanque negro e inaccesible, sin afluentes o fugas, creciendo y estancándose poco a poco.

Que ciego fui... que ciego quise ser. Y varias personas me ayudaron a levantar velos de negrura en mis ojos, pero aun así, invidente seguí siendo.

Tal vez intenté luchar por lo que quise, pero si no lo lograba, volvía al baúl del rencor y era encerrado tras una frase que decía: "Total... para que hacer rencores".

Pero no... quiero gritar, quiero hacer rencores, quiero odiar y sentir y explotar todo eso que tengo dentro.

Porque así como amo, así odio, hace como quiero, así me enojo. Es todo parte del círculo completo y no puedo fingir ser perfecto y estar siempre bien; no puedo hacer como que cada herida no sangra y cada golpe no duele. Ya no.

Fui lastimado, profundamente y aun sangro, pero ya no haré como si ese dolor no existiera o como si estuviera bien que me lo hayan hecho.

No, no estuvo bien. Fue algo terrible...

Varias veces me has preguntado algo, mas siempre te he contestado con un simple "No, como podría odiarte". Pero hoy te puedo decir, que si podría, tengo las razones para hacerlo, y en algunos momentos lo hago. No soy un mártir, no soy un guerrero estoico que recibe cortes y no grita. Ya no.

Ya no me interesa más estar sin mancha, no me interesa más sólo mostrar mi lado lleno de compasión y cariño, soy humano, tengo defectos, nunca fui ni seré perfecto. Odio a veces y amo siempre.

Te odio

Te amo

Experimento (entrada que olvidé publicar)

30 de abril 2010 7:00pm

¿Es posible volverse loco conscientemente? He estado pensando en eso últimamente, después de algunos sucesos algo peculiares que me han ocurrido, que me han hecho preguntarme si estoy completamente cuerdo.

No es que piense que esos arrebatos de insanidad fueron auto-provocados, pero una obsesión creciente en mí ha despertado a partir de que sucedieron. Me he cuestionado continuamente mi salud mental y he llegado a tener otros “momentos” que siento que de alguna manera sí fueron accionados por mí mismo.

Buscando un control de esto, y queriendo contestar la primera pregunta, he decidido realizar un pequeño experimento.

Mi intención es crear una personalidad alterna a la mía, la cual convivirá día a día conmigo, haciendo el papel de esa voz o sensación que últimamente ha aparecido y me ha alterado en situaciones diversas.

Una intención alterna, es usar este experimento a manera terapéutica, para ayudarme a canalizar ciertos pensamientos.

Nombré a esta nueva y disociada personalidad como Voz; fue el primer nombre que me vino a la mente al comenzar a hablar con ella.

A continuación, describiré un poco a esta personalidad, aunque debido a lo poco que he hablado con ella, aun no podría hacer una descripción detallada:

Suena un poco enojada y salvaje, impulsiva. No parece tener un control de sus acciones ni una premeditación a lo que piensa hacer o decir. No siempre se muestra irritada, tiene su sentido del humor y puede ser respetuosa si uno se lo pide en un buen momento. Es una personalidad masculina; se quejó cuando, durante la primera conversación, la llamé “La Voz” pidiéndome que sólo le dijera “Voz”.

-Como dije, esta entrada debí publicarla hace tiempo. La situación ha ido cambiando y ahora esta "Voz" se presenta de manera intermitente en situaciones diversas, usualmente en arrebatos emocionales. Me ha ayudado de cierta manera, ya que su presencia me ayuda a enfocar o alejar ciertos pensamientos, así como mejorar mi fuerza de voluntad en otras situaciones. Es un tanto impredecible y bastante prepotente a momentos, pero aun se calla cada que le pido que me deje en paz.