miércoles, 21 de abril de 2010

Sentí adrenalina

Hace unas hora hice algo que en verdad no creí posible hacer... NUNCA. Se que varias personas me regañarán, posiblemente de manera histérica y bastante justificada cuando lean esta entrada, pero eso no podrá cambiar lo que sucedió.

No estoy para nada orgulloso de ello... o por lo menos no más orgulloso de lo que se puede estar por salvarse de morir de pura suerte. Sinceramente, no se porqué ocurrió, no era algo que yo quisiera, no estaba de ánimos de atentar contra mi vida, quisiera decir que no estaba consciente, pero de alguna rara manera si lo estaba, sólo que mi consciencia no me mandó las usuales señales de: Imbécil... deberías de detenerte.

El asunto fue que iba de camino para recoger a mi hermano y a nuestros vecinos de la escuela. Atravesaba el bulevar Venustiano Carranza a una velocidad normal, dentro del límite o de lo considerado admisible. Me acercaba al semáforo de la vuelta para Montecarlo y vi que estaba en rojo.

Aquí fue cuando comenzó lo extraño. Para empezar, no disminuí la velocidad conforme me acercaba al semáforo; por mi mente nunca pasó la idea, sabía que estaba en rojo, pero no comprendía que esto significaba que tenía que detenerme. Más adelante cuando vi los carros cruzando la calle frente a mí, ya cuando quedaban pocos metros para llegar al cruce, me pareció muy extraño que no se detuvieran ellos, YO ERA EL QUE TENÍA QUE PASAR, por lo menos así era en mi cabeza. Aun con eso, no dejé de pisar el acelerador conforme me acercaba al crucero.

Entonces, ocurrió lo que tenía que ocurrir, un carro se aproximó a mi flanco derecho, intentando atravesar la calle, mientras yo iba a unos 60-70 kilómetros. Toda lógica en ese momento desapareció; ya no era una pregunta válida si era mi turno o el suyo de pasar; todo se resumía a lograr esquivarlo, porque sabía que podía morir.

Era un vehículo estilo Pick-up, de un color plateado arenoso, bastante grande a comparación de mi carro. Probablemente si supiera de carros, hasta la marca y el año les podría decir, ya que en esos momentos vi cada detalle a una velocidad extraña, el tiempo parecía funcionar diferente, más lento y a la vez parecía poder procesar todo más rápido.

Lo primero que pasó por mi mente fue el usar el claxon del carro, lo cual al parecer sirvió, ya que el Pick-up disminuyó la velocidad; después cambié de carril, ya que aunque el otro carro frenara lo más rápido posible, yo le pegaría en el costado; a decir verdad, sólo cambie a la mitad del carril, lo suficiente para salir del punto de colisión.

Todo pareció fluir de manera natural, como orquestado de una manera brillante, cual fuente de agua; mi mano haciendo girar el volante, mi pie sin soltar el acelerador, mi vehículo evitando el choque por pequeños centímetros.

Terminé de atravesar el crucero, pero no fue sino hasta el siguiente alto que me detuve y de pronto comprendí que acababa de hacer algo totalmente estúpido, imposible, arriesgado e irracional.

El corazón me empezó a latir de manera acelerada, o hasta en ese momento noté que lo estaba haciendo. Sentí una ligera ola de mareo en mi estómago y luego calma.

Estaba bien, era lo importante, así que continué el camino para recoger a los muchachos.

Aun ahora, algunas horas después, el corazón no me ha vuelto a latir con normalidad. Es extraño, porque al intentar pensar en ese "y si no hubiera alcanzado a esquivarlo..." mi mente no me deja seguir ese hilo de pensamientos, como si no fuera una opción.

Me despido de nuevo, antes dejando el vínculo de un video que presenta más o menos lo mismo que me acaba de ocurrir, con la diferencia de que en él, los carros están cruzando de izquierda a derecha, y en mi caso cruzaban de derecha a izquierda.

2 comentarios:

  1. las cosas que haces para asustarme..

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  2. No por favor.
    juega mario kart si debes pero a eso no, plis.

    cuidate :S

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